(según yo)
Un Camino Sin Mapa en el Vasto Universo del Ser
A lo largo de mi vida, he reflexionado mucho sobre lo que significa ser humano. No pretendo tener todas las respuestas, pero me gustaría compartir algunas ideas que han resonado en mí durante este viaje. Cada paso que he dado en este camino ha sido como adentrarse en un bosque inexplorado, donde cada árbol es una nueva perspectiva y cada claro una revelación.
El Espejo del Alma: Un Reflejo en Constante Evolución
En mi experiencia, el amor propio no es un destino, sino un camino difícil y a veces picudo. A menudo me encuentro luchando con la aceptación de quién soy, con todas mis imperfecciones y contradicciones. Es como si estuviera frente a un espejo que cambia constantemente, mostrándome diferentes facetas de mi ser.
Pero he notado que cuando logro abrazarme a mí misma, incluso en mis momentos más oscuros, algo mágico sucede. Es como si se abriera una puerta hacia un yo más auténtico, un portal a una versión de mí que siempre ha estado ahí, esperando ser descubierta. Este proceso de aceptación no es fácil ni rápido, pero cada pequeño paso en esta dirección se siente como un triunfo personal, y al mismo tiempo, cada etapa aceptada, es una etapa de dificultades terminada.
El Baile de las Creencias: Un Vals con Nuestra Percepción
Me fascina cómo nuestras creencias colorean el mundo que vemos. Es como si cada uno de nosotros llevara puestas unos lentes únicos, que filtran la realidad de maneras sutiles pero profundas. A veces me pregunto: ¿son mis creencias las que me limitan o me liberan? ¿Estoy viendo el mundo tal como es, o solo una versión filtrada por mis experiencias y aprendizajes?
No tengo una respuesta definitiva, pero sí la certeza de que cuestionar mis propias creencias ha sido uno de los ejercicios más transformadores de mi vida. Es como desmontar un rompecabezas para luego armarlo de una forma completamente nueva. Cada vez que me atrevo a desafiar una creencia arraigada, siento que se abre un nuevo universo de posibilidades.
Muchas noches me he encontrado contemplando las estrellas, preguntándome cuál es el propósito de la vida. Es una pregunta que resuena en el silencio de la noche, una interrogante que ha perseguido a la humanidad desde sus inicios. No he encontrado una respuesta universal, pero he llegado a apreciar la belleza de esta incertidumbre.
Quizás el propósito no es algo fijo y predeterminado, sino algo que creamos día a día, con cada elección, con cada interacción. Como un artista frente a un lienzo en blanco, tal vez nuestro propósito es pintar nuestra propia obra maestra, única e irrepetible, tal vez, nuestro unico proposito en el vida, es VIVIR, es EXPERIMENTAR LA HUMANIDAD que nace dentro y en nosotros. Esta perspectiva me llena de una mezcla de emoción y responsabilidad: la vida como una obra de arte en constante creación.
Veo la vida como una composición compleja de pensamientos, emociones y acciones. A veces armoniosa, a veces caótica, pero siempre fascinante. Me gusta pensar que cada uno de nosotros está creando su propia melodía única en este gran concierto que es la existencia.
Hay días en que mi melodía personal suena como una suave balada, fluida y serena. Otros días, es más bien una pieza de jazz improvisado, llena de altibajos y notas inesperadas. Y hay momentos en que parece una sinfonía completa, con todos los instrumentos de mi ser tocando al unísono. Lo hermoso es que todas estas melodías, por diferentes que sean, forman parte de la misma composición: mi vida.
Aparte de lo hermoso que es saber que podemos hacernos cargo de esas pequeñas notas que componen cada melodía en nuestra vida (nota: creencia, melodía: pensamiento y emoción.)
Aunque a veces es necesario un cambio de melodía… o incluso de vida.
El Arte del Cambio: Un Baile con lo Impredecible
El cambio es algo que me intriga profundamente. Es como un compañero de baile misterioso que aparece cuando menos lo esperas, invitándote a moverte de formas que nunca habías imaginado. He observado que a veces los cambios más significativos en mi vida han surgido de los lugares más inesperados.
Me pregunto: ¿es el cambio algo que hacemos o algo que nos sucede? Tal vez sea un poco de ambos. A veces somos nosotros quienes damos el primer paso, otras veces es la vida la que nos empuja. Lo importante, he aprendido, no es tanto controlar el cambio, sino aprender a fluir con él, a adaptarnos y crecer en el proceso. Pero sobre todo, no hay que olvidar que siempre que sea la vida quien nos empuje hacia un cambio, es porque debíamos aprender algo, o, sino, lo volveremos a repetir.
Sin embargo, al final, para mí; La vida no tiene un propósito más natural que la simple meta de vivir para experimentarnos y nutrirnos de esas experiencias; sin embargo, entendamos que la estructura social nos obliga a movernos, haciéndonos sentir estancados en el camino si no lo hacemos, pero descuida, aún tienes la libertad de qué propósito elegirás y que necesitas cambiar de cada creencia y cada pensamiento para poder llegar allá sin dejar de saber de donde vienes y quien eres en realidad.
Una Invitación a la Exploración Personal
No tengo certezas absolutas para ofrecer, solo una invitación a la reflexión y a la exploración personal. ¿Qué significa la vida para ti? ¿Cómo defines tu propio camino en este vasto universo de posibilidades? Estas son preguntas que cada uno debe explorar por sí mismo, y en ese proceso, quizás, encontremos la belleza de ser humanos.
Te invito a que te tomes un momento para reflexionar sobre tu propio viaje. ¿Cuáles son las creencias que han moldeado tu percepción del mundo? ¿Qué cambios has experimentado que han redefinido tu camino? ¿Cuál es la melodía única que estás componiendo con tu vida?
Recuerda, no hay respuestas correctas o incorrectas en este viaje. Cada experiencia, cada pensamiento, cada emoción es una pieza valiosa en el gran mosaico de tu existencia. Al final, quizás descubramos que la belleza de ser humano no reside en encontrar todas las respuestas, sino en el coraje de seguir haciendo preguntas y en la disposición de maravillarnos con el misterio de la vida misma.